Alcohol. Tabaco. No estoy sobrio. Anoche soñé con la puta que habita en mis sueños. La primera vez que soñé contigo solo eras una adolescente que se prostituía en mis sueños. Muchas veces hicimos el amor en medio de la calle, en un espacio sin reglas entre mi mente, mi corazón y mi demencia. Nos contábamos secretos, muchos reales, otros solo eran sueños, pero ahí, dentro de mis laberintos, también eran reales.
Dejé de soñarte, dejé de gozar de ti en mi demencia abstracta. Ayer cuando te soñé, eras mas vieja, maltratada, tus ojos no brillaban. Me miraste y sonreíste alegre y agradecida por que te soñara de nuevo. Me sentí culpable, era mi culpa el que estuviera así. Tal vez fueron mis pesadillas las que abusaron de ti, las que robaron tu belleza morfeótica. Tal vez si te hubiese soñado más, no serias un sueño viejo y maltratado en mi cabeza.
No sé que más contar de ti, no se como te llamas, ni si te soñaré otra vez, pero espero que encuentres un lugar pacifico en mis laberintos, pero entre tantas bestias demenciales lo dudo.
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