Biografía de William Blake

El 28 de noviembre de 1757 nace William Blake, apodado "el Loco" en Londres. Cuando tiene ocho años experimenta su primer contacto con el profeta Ezequiel quien aparece en uno de los arboles del jardín familiar, muy en contra de los deseos de los padres que le recriminaran durante sus encuentros bíblicos, juzgándolos mentiras imperdonables. Nadie admitirá las excentricidades que afirma el muchacho. No obstante el niño Blake continuara manteniendo magnificas relaciones con ángeles y arcángeles que se le manifiestan frecuentemente y de la manera más amistosa durante esos paseos solitarios por el campo. La rigidez paterna no impide que el muchacho de generosas muestras de vocación de poeta y artista. Luego el joven Blake se recluye en el entorno de Westminister donde pasa largos meses copiando, en dibujos infinitos, las góticas formas que se repiten en tumbas, lo que deja en el una huella imposible de ser borrada. En medio de esta soledad se le aparece Cristo y sus discípulos los que acepta sin rituales sorpresivos, con la naturalidad que le proporciona saberse hombre señalado por el destino para muy altos menesteres. Blake sigue trabajando, se prohibe el menor descanso porque si la mano o la mente se entregan al menor ocio vano, ¿qué miserias pueden depararle sus ángeles custodios? Lee a sus grandes preferidos: Shakespeare, Dante y Milton. A los veinticinco años trabaja de grabador lo que le permite ir viviendo sin acuciantes necesidades. En el año 1782 William y la iletrada y simple Catalina Boucher se unen en matrimonio. Se entrega a la tarea de perfeccionar el vacío cultural de su mujer enseñándole a leer y escribir, el arte del grabado y las técnicas del color. Esta unión no se romperá hasta la muerte del poeta dando una muestra de lealtad y camadería, dando un ejemplo de búsqueda compartida del Ideal.Y así van transcurriendo los últimos años de una juventud compleja y llega la fructífera madurez donde escribe sus poemas y realiza sus grabados levantando la critica y juicios adversos. Porque no cabe la menor duda que se manifiesta de forma inaceptable, que rechaza el orden establecido, que se muestra un republicano, un idealista que no habla mas que del reino de la libertad y de la felicidad universal. Se le tacha de ambicioso, exaltado, ignorante, y naturalmente, loco. Luchando contra la pobreza, Blake sigue adelante, cumpliendo encargos de grabado que no le suelen faltar. Organiza una exposición de sus obras, frescos, grabados, acuarelas y dibujos la que resulta ser un rotundo fracaso. La opinión general no varía. Los años se suceden ya demasiado presurosos. Y como intuye que el final de su estancia en este mundo no esta muy lejano, escribe las dos grandes obras que constituyen su testamento espiritual: Milton y Jerusalén. En agosto de 1827 William Blake contempla, una vez mas, como se abren ante si las puertas de la otra realidad donde sus viejos conocidos le invitan a unirse para siempre con ellos. En esta coacción el agonizante visionario no rechazara la oferta.

Basurero de Los Dioses

1 comentario:

venus dijo...

no lo conocia... gracias por permitirme conocerlo aqui...


besos